En Chile debemos diversificar la matrix exportadora y los destinos a los cuales enviamos nuestros productos.
El mercado musulmán está valuado en tres trillones de dólares y hoy no estamos aprovechando esta tremenda y gran oportunidad económica.
Faruk Bolívar, Asesor en Comercio Exterior y Especialista en Mercado Halal
Hoy existen más de 1.800 millones de musulmanes en el mundo, demográficamente concentrados en las regiones del sudeste asiático, subcontinente indio, medio oriente y norte de áfrica. Además, con minorías de ellos presentes en Europa, EEUU y las américas que crecen año a año y se integran en sus sociedades y demandan productos que reconozcan su identidad y sus necesidades específicas de consumo.
Si observamos las variables de crecimiento económico, demográfico, PIB per capita, millenials – empoderados por su nivel educativo- la mayor población joven a nivel global con poder adquisitivo y pautas de consumo más globalizadas, sin renunciar a un alto sentido de pertenencia e identidad cultural, es el mercado de consumidores musulmanes. Hay que prestarle atención.
Si bien la población musulmana es cultural y geográficamente diversa, tiene características de consumo que les son comunes. El Islam es lo que une a un árabe del norte de áfrica con un ciudadano chino de la región de Xinjiang y a un vendedor de Kebabs en Manhattan con un futbolista de origen Turco o Argelino en Alemania o Francia.
Ya hoy, los principales proveedores de alimentos para el conjunto de países de mayoría musulmana son Estados Unidos, Brasil y Australia. En cuanto a servicios financieros destacan proveedores occidentales como lo es el Reino Unido.
Durante el año 2017, el 70% de todas las exportaciones del sector agropecuario, silvícola y pesquero en Chile tenían como destino solo 3 destinos: Estados Unidos, Europa y China. Vale la pena comenzar a mirar más allá de lo conocido.
La exportación de alimentos tiene el segundo lugar de importancia en nuestro país, siendo sólo superado por la minería. La cifra corresponde al 27% de las exportaciones totales del país y al 54% del total no minero, según datos entregados por la Sofofa.
La oportunidad se da para aquellos países no musulmanes que son quienes tienen todas las condiciones dadas y las ventajas comparativas para poder suplir la demanda de la población musulmana y convertirse en sus principales proveedores de alimentos y servicios. Entre ellos Chile.
En cuanto a alimentos y algunos servicios, los países musulmanes son principalmente importadores ya que su producción es muy reducida.
La invitación es a generar un acercamiento al mercado halal y aprovechar la oportunidad que claramente hoy estamos dejando pasar.